Es una
lengua extinta e inclasificada. A partir del ingreso del Inca Tupac Yapanqui
hacia el año 1.480 la influencia de las lenguas quechua y aymara se hizo cada
vez más importante. Los españoles promovieron en un principio el uso del
quichua como lengua general entre los grupos amerindios y en una segunda etapa
la expansión del español, que terminó extinguiendo el Kakán.
Según
el jesuita Pedro Lozano señala al respecto: “es
el cacán una lengua dulce y armoniosa, tenia dificultades de pronunciación, a
tal punto que sólo lo entiende quien lo mamó
de leche, porque es en extremo arrevesada (gramaticalmente) y forma sus voces
en sólo el paladar”.
El
idioma parece haber dejado sus rasgos fonológicos en “los acentos” regionales,
mientras que gran parte de la toponimia regional mantiene las palabras kakanas.
Se especula que hubo tres áreas dialectales: Kakán del norte, en los Valles Calchaquíes (Santa María y oeste de
Tucumán); Kakán del sur, Catamarca,
norte de La Rioja y parte de Santiago del Estero; Capayán, oeste y sur de La Rioja y al norte de la provincia de San
Juan.
Eusebia
H. Martín (1969-1970) postula la existencia de un cacán septentrional y de un
cacán meridional. El primero se caracterizaría por el empleo de las
formas -ao, -aho, -ahaho ‘pueblo’. El segundo, por el empleo de la forma
de significado equivalente -gasta.
Creemos que una subdivisión lingüística basada en la oposición de un solo par de palabras no tiene sustento científico.
Por otra parte según la misma autora (Martín 1964, p.25) la mayoría de las formas -gasta se hallan al sur del paralelo de 28º S y la mayoría de las formas -an al norte del mismo.
Ello puede surgir del estudio de la toponimia actual, luego del extrañamiento de los Diaguitas y de la variación de muchos topónimos. El análisis de las fuentes de los siglos XVI a XVIII da un panorama algo distinto. Por ejemplo, al norte del paralelo de 28º S habría que agregar a la toponimia actual los siguientes nombres documentados:
Creemos que una subdivisión lingüística basada en la oposición de un solo par de palabras no tiene sustento científico.
Por otra parte según la misma autora (Martín 1964, p.25) la mayoría de las formas -gasta se hallan al sur del paralelo de 28º S y la mayoría de las formas -an al norte del mismo.
Ello puede surgir del estudio de la toponimia actual, luego del extrañamiento de los Diaguitas y de la variación de muchos topónimos. El análisis de las fuentes de los siglos XVI a XVIII da un panorama algo distinto. Por ejemplo, al norte del paralelo de 28º S habría que agregar a la toponimia actual los siguientes nombres documentados:
En Santiago del Estero: Tatingasta, Toamagasta, Collagasta, Tuqiligasta, Paquingasta, Chiquilagasta. En Tucumán: Yalapagasta, Tafingasta, Tucumangasta, Guacaragasta, Tavigasta, Suhagasta, Cascagasta, Ampatagasta, Pissigasta. En Catamarca: Tucumangasta, Paquilingasta, Yngagasta, Asabgasta. En Salta: Ambirigasta, Sichagasta, Chuchagasta, Taquigasta, Atachigasta, Ampacgasta.
Con
esto se diluye bastante el predominio meridional del -gasta. Además, su
penetración oriental a lo largo de los ríos Dulce y Salado, donde no se
halla -vil, son un apoyo a la afirmación de Lozano sobre su filiación tonocoté,
de cuya lengua puede haber pasado al kakán.
Asimismo, haremos notar que -vil se halla actualmente al oeste del meridiano de
65º 50’ O,
como afirma Martín (1964, p.25), pero en 1954, se registró el topónimo
Quillovil en el norte de Córdoba, aproximadamente a los 63º 45’ O (Montes 1950, p.50). Por
otra parte, el área lingüística 3 (SE) del Noroeste que establece Martín (1964.
p.26), la cual sólo poseería la forma -gasta, según las fuentes históricas
también conoció las formas -ao (por ejemplo, Pasao, en Santiago del Estero, y
Niquijao, en Catamarca) y -vil (el ya citado Quillovil, en Córdoba), aunque su
vigencia sea mucho menor que en otras áreas.
Nosotros aceptamos la existencia de por lo menos un dialecto septentrional (calchaquí) y otro meridional (diaguita) del kakán, caracterizados según un experto intérprete por diversidad fonética (probablemente también fonémica, agregaremos). Pero aclaramos que para esta división no tomamos en cuenta el empleo de ahaho o de gasta.
Nosotros aceptamos la existencia de por lo menos un dialecto septentrional (calchaquí) y otro meridional (diaguita) del kakán, caracterizados según un experto intérprete por diversidad fonética (probablemente también fonémica, agregaremos). Pero aclaramos que para esta división no tomamos en cuenta el empleo de ahaho o de gasta.
Fuentes: www.adilq.com.ar
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