Wall Street en la Casa Rosada
ANALISIS ECONÓMICO
Un nutrido grupo de ex ejecutivos de bancos de inversión internacionales
desembarcaron en Economía, Banco Central, CNV, Anses, UIF, YPF, Banco Nación y
hasta en el Ministerio de Desarrollo. JP Morgan es el que tiene más
representantes. También hay del Deutsche, Morgan Stanley, Citi, Barclays,
Merrill Lynch, Goldman Sachs y Chase.
Por Alfredo Zaiat
ECONOMIA › FINANCISTAS QUE
TRABAJARON EN LA MECA DE LAS FINANZAS GLOBALES MANEJAN AREAS CLAVES DE LA
ECONOMIA ARGENTINA
Una legión de por lo menos 27 financistas ocupa
diferentes cargos estratégicos en la estructura del gobierno de Mauricio Macri,
y la mayoría ha trabajado en Wall Street. Están en el Ministerio de Hacienda y
Finanzas, Banco Central, Comisión Nacional de Valores, Anses, Unidad de
Información Financiera, YPF, Banco Nación, y hasta en el Ministerio de
Desarrollo Social. Es tan impactante este desembarco que sorprende a los
propios protagonistas del mercado financiero internacional, que lo festejan
pero a la vez les genera intriga el experimento. Wall Street está acostumbrada
en Estado Unidos a colocar en ciertos cargos claves alguno de sus
representantes, para luego desplegar una extraordinaria capacidad de lobby para
conseguir condiciones que permitan ampliar su fabuloso negocio sin
interferencias. La administración Macri fue más allá y entregó directamente el
manejo de varios organismos estatales al mundo de las finanzas internacional.
Wall Street se instaló de ese modo en la Casa Rosada como no lo ha hecho en
ningún otro gobierno.
En los gobiernos de Carlos Menem y Fernando de la
Rúa la banca internacional apoyó, estuvo muy cerca de los funcionarios y
ganaron mucho dinero. Pero con Macri directamente asumieron el control de áreas
sensibles para su negocio. Y no han perdido tiempo en empezar a valorizar ese
espacio privilegiado en el poder. Diseñaron operaciones de canjes de deuda
(Tesoro Nacional y Banco Central), colocación de bonos del Estado Nacional
(títulos para pagar a los fondos buitres), provinciales (Buenos Aires, Mendoza,
Neuquén) y de empresas (YPF), y especulación con las Lebac. Además ya tienen
previsto avanzar en otros negocios que hoy son negados por el gobierno pero que
están en agenda, como la venta de los paquetes accionarios de empresas privadas
en manos de la Anses y la privatización parcial (Arsat) o total de empresas
públicas luego de asfixiarlas financieramente afectando de esa manera la
calidad del servicio, siendo Aerolíneas Argentinas el caso más evidente.
La banca internacional liderada por JP Morgan y
Deutsche Bank se ha quedado con los negocios que se abrieron en Argentina a
partir del gobierno de Macri desplazando a bancos nacionales En la mega emisión
de bonos para pagar a los buitres inversores locales casi no tuvieron espacio
para sus ofertas, que quedaron concentradas en entidades de Estados Unidos y
Europa. Esa colocación significó una ganancia directa por comisiones de 29,7
millones de dólares para el Deutsche Bank, HSBC, JP Morgan, Santander, BBVA,
Citigroup y UBS. Pero el filón para esos bancos fue quedarse con los bonos a un
precio más bajo que la cotización inicial, que al subir en los dos días
posteriores significó una ganancia de unos 600 millones de dólares, según
consignó la agencia de información financiera Bloomberg. Argentina pagó caro,
esos bancos internacionales ganaron fortunas y la banca local no pudo morder.
El JP Morgan es el que tiene más representación en
la gestión de gobierno. El 6 de marzo pasado se describió en este mismo espacio
la presencia de cuatro ex ejecutivos de esa entidad (Alfonso Prat Gay, Luis
Caputo, Vladimir Werning y Demian Reidel) en puestos relevantes (“JP al poder”),
situación que ya de por sí era impactante. Pero la sospecha de que no eran los
únicos derivó en una paciente búsqueda en organigramas de dependencias
estatales, tarea no sencilla porque en varias no está publicado, en otros no
informan los nombres de todos los funcionarios a cargo, cuando lo hacen no
detallan los curriculum vitae y la mayoría no responden a requerimientos de
información solicitados por este diario.
El saldo de esa labor es el cuadro que se publica
acompañando este artículo, donde se observa que además del JP Morgan hay ex
ejecutivos de otros grandes bancos internacionales en dependencias públicas. Provienen de Goldman Sachs, Morgan Stanley, HSBC, Citi, Deutsche, Chase,
Barclays, Merrill Lynch. La banca
nacional está representada solamente por el Galicia con un par de ejecutivos
que pasaron a ocupar cargos en el Banco Nación. El otro banco local privado de
envergadura, el Macro, por ahora no ha tenido espacios para algunos de sus
ejecutivos, exclusión que se explica por cuestiones políticas vinculadas al ex
hombre fuerte de la entidad, Jorge Brito, banquero que creció con el
alfonsinismo, se consolidó con el menemismo, avanzó con el duhaldismo y se
expandió con el kirchnerismo, hasta ser un importante financista del massismo.
Este recorrido, sumado a diferencias políticas con su socio histórico (Delfín
Ezequiel Carballo), tuvo como consecuencia la marginación del Macro en estos
meses del macrismo, y un golpe de timón en manejo del banco impulsado por
Carballo en alianza con la Anses (el organismo estatal tiene el 30,9 por ciento
de las acciones), dejando a Brito como presidente formal. El titular del Fondo
de Garantía de Sustentabilidad de la Anses, Luis María Blaquier (ex Goldman
Sachs), será uno de los directores del Macro, y aliado de Carballo en esa
movida.
Quién es quién
Luis María Blaquier, sobrino de Carlos, presidente
de Ledesma, también formó parte del directorio del Grupo Clarín y es socio del
Grupo Pegasus, liderado por Mario Quintana, coordinador del gabinete económico
del gobierno. Blaquier trabajó trece años en Goldman Sachs. En el mundo de las
finanzas también se desempeñó en Alliance Capital Management. Matías Tamburini,
del Deutsche Bank, lo acompaña en la gestión del estratégico FGS de la Anses,
que acumuló activos por 719.708 millones de pesos, al 31 de marzo de este año.
Otro dos financistas se sumaron a su equipo. Uno es Sebastián Peña Mc Gough,
como coordinador de la tarjeta Argenta, administrada por el FGS-Anses,
proveniente del Banco de Inversiones MBA Lazard que en febrero de 2014 pasó a
denominarse Banco Voii (en su página web se explica que “es un nombre simple
que remite a la acción de “ir””). Otro es Enrique Boilini que se encarga del
departamento Inversiones del FGS-Anses, con antecedentes laborales en el First Boston
Corp y en Yellow Jersey Capital.
En el Banco Central, además de los financistas que
han rodeado a Federico Sturzenegger en su paso por el Banco Ciudad que ahora lo
acompañan en la entidad monetaria, se ha sumado otro JP Morgan como director,
Demian Reidel, quien también pasó por Goldman Sachs. Un puesto clave fue para
un hombre de Morgan Stanley, Agustín Collazo, que saltó de esa entidad a tener
una activa participación en la estratégica mesa de dinero del Banco Central. En
la city comentan que el período de aprendizaje de Collazo para operar desde el
mostrador del BC resultó muy productivo para las finanzas de varios bancos.
Otro director del BCRA es Horacio Tomás Liendo (nieto), hijo de quien fuera
secretario de Coordinación Legal, Técnica y Administrativa del Ministerio de
Economía durante la década de los noventa con Domingo Cavallo, y nieto del
general que comandó el Ministerio de Trabajo en la dictadura militar. Inició su
carrera profesional en el estudio Marval, O’Farrell & Mairal y antes de sumarse
al directorio del BCRA trabajaba en el Banco ICBC.
La Comisión Nacional de Valores es el organismo
encargado de la regulación y control de los diferentes actores del mercado
bursátil. El manejo de esa institución requiere mantener criterios de independencia
y estar alejado de los intereses de los hombres de las finanzas. Esa misión es
uno de los grandes desafíos de Marcos Ayerra en la conducción de la CNV
teniendo en cuenta su pasado laboral en el Chase Securities, entidad financiera
que ha sido absorbida por el JP Morgan. Uno de los directores que lo acompañan
en la gestión, Carlos Hourbeigt, se enfrenta a igual misión al venir de
Copernico Capital Partners, firma fundada en 1999 por los financistas Ricardo
Maxit y Mariano Caillet-Bois. En Copernico, Hourbeigt fue “senior porfolio
manager & partner” de 2000 a 2007, para luego mudarse al Deutsche Bank.
El caso más sorprendente es el de Gabriel Castelli
porque, a diferencia de sus colegas financistas, no describió el salto a la
función pública hacia un área de economía, sino que asumió el cargo de
viceministro de Desarrollo Social. Al divulgarse su nombramiento grandes medios
destacaron que estuvo al frente de Cáritas, la principal institución solidaria
de la Iglesia en la Argentina, durante dos períodos (2006 a 2012).
En los últimos tres años fue presidente de la
Comisión Justicia y Paz, que congrega a personalidades católicas laicas y
depende de la Conferencia Episcopal. Obviaron que también fue director externo
del ICBC Bank y de Loma Negra, miembro del comité ejecutivo de Farmacity (del
Grupo Pagasus, liderado por el mencionado Mario Quintana) y director financiero
del Grupo HSBC de 1997 a 2004. Es una originalidad de gestión del gobierno de
Macri: el Ministerio de Desarrollo Social está manejado por Carolina Stanley,
hija de un ex ejecutivo del Citibank (Guillermo Stanley), y por un hombre del
mundo de las finanzas.
Relaciones carnales
“Wall Street a cargo de Argentina (otra vez)”,
tituló un artículo la agencia especializada en economía y finanzas Bloomberg el
10 de marzo pasado, cuando el equipo económico informó sobre un acuerdo con los
fondos buitre en el que se comprometió a pagar en efectivo la sentencia del
juez Thomas Griesa. Dos meses después, el británico Financial Times publicó
“Argentina recupera su relación con Wall Street”, artículo de su enviado a
Buenos Aires Benedict Mander en el que repasa la nueva relación del gobierno de
Mauricio Macri con las finanzas internacionales.
Los dos medios de comunicación con estrechos lazos
con bancos globales destacaron la presencia en el Palacio de Hacienda de ex
ejecutivos del JP Morgan y Deutsche Bank. El ministro Alfonso Prat Gay se
incorporó al JP Morgan en 1994, casi al mismo tiempo que el secretario de
Finanzas Luis Caputo. El subsecretario de financiamiento Santiago Bausili se
sumó a esa entidad un par de años más tarde, al igual que Vladimir Werning, el
economista que ahora se desempeña como Secretario de Política Económica. El
caso de Werning es muy fuerte porque no hubo tiempo de espera en otra firma:
antes de asumir ese cargo en la cartera de Hacienda y Finanzas era el
economista jefe para América latina de JP Morgan.
Bloomberg describió que “Wall Street se vuelve a
mostrar a favor de esta nueva Argentina, y a lo grande. Desde su victoria en
noviembre, el presidente Mauricio Macri, un ex hombre de negocios, ha llenado
su administración con miembros de sectores exportadores, financieros,
economistas y ejecutivos corporativos”. Para luego advertir que “no es el tipo
de estrategia que un líder podría considerar en este momento, digamos, en
Estados Unidos, España o Grecia, lugares donde el rechazo contra lo financiero
ha llegado a un punto álgido en los últimos años”.
El Financial Times también elogia la estrategia
económica del gobierno de Macri contraponiéndola al “intervencionismo” que
predominó durante el kirchnerismo, a la vez que destaca el impactante
desembarco en la Casa Rosada de hombres que trabajaron en Wall Street. Pero al
final del artículo hace una advertencia a través de una declaración del director
gerente del fondo Advanced Capital, Agustín Honig, quien recordó la crisis de
2001 y que el presidente Fernando de la Rúa huyó en helicóptero de la Casa
Rosada. “El gobierno de De la Rúa hizo lo que Wall Street dijo que había que
hacer en el país, y explotó”, afirmó. Entonces el periodista concluye su
crónica planteando dudas acerca de si un gabinete con banqueros puede estar
capacitado para hacer frente a algunos de los problemas del mundo real que
enfrentan, entre ellos, el conflicto sindical por la defensa de puestos de
trabajo, la respuesta social por el tarifazo y la inflación elevada de dos
dígitos.
FUENTE: PÁGINA 12
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